La Orden del Temple
inauguró una vocación en la Cristiandad, pero su evolución no fue la tónica
entre las Órdenes militares nacidas en Tierra Santa, el resto hicieron el
camino inverso, de instituciones de vida religiosa evolucionaron por las
necesidades defensivas del Reino de Jerusalén hasta convertirse en Ordenes
Militares. Esta fue el camino seguido por el Hospital de San Juan de Jerusalén,
la de San Lázaro, la Teutónica y la de Santo Tomás de Acre. La vocación
asistencial y hospitalaria de la Orden de San Juan fue un referente para las
órdenes hispánicas. Los orígenes de la Orden de San Juan son conocidos por las
noticias del arzobispo Guillermo de Tiro. Desde la conquista musulmana, que
arrebató Palestina, Egipto y Siria al Imperio Bizantino, la llegada de
cristianos se dificultó, pero no se interrumpieron, manteniéndose un flujo continuo
de peregrinos y mercaderes que precisaban de asistencia, después de un largo
viaje entre infieles. Fueron los comerciantes de la ciudad italiana de Amalfi
los primeros en establecer relaciones diplomáticas con el califa fatimí de
Egipto de Al-Mustansir (1036-1093), permitiéndoseles a los cristianos
reconstruir la iglesia del Santo Sepulcro destruida por shiíta Al-Hakin en
1009.
El comercio de los
Amalfitanos con los musulmanes resultó muy próspero porque muchos de sus
productos eran desconocidos para los orientales, llegando a ser de primera
necesidad para ellos. Las autoridades concedieron ciertas libertades a los
comerciantes de Amalfi entre las que estaba el derecho de reunión y hospedaje
en Jerusalén. El califa les proporcionó un amplio espacio en el sector
cristiano de la ciudad Santa, justo frente a la iglesia del Santo Sepulcro o de
la Resurrección del Señor, como también era conocida. Allí construyeron una
Iglesia en honor a la Virgen, que paso a denominarse Santa María la Latina y a
su lado un monasterio con sus dependencias donde se instaló una comunidad de
monjes italianos que se encargaron desde el principio de acoger a los
peregrinos que lo pedían. Para albergar a las peregrinas los monjes de Santa
María la Latina construyeron un monasterio femenino que daría protección y
asistencia a las peregrinas bajo la advocación de Santa María Magdalena.
Al pasar los años las
relaciones entre los cristianos y musulmanes empeoran, debido al finalizar la
alianza bizantina-fatimí debido a que los turcos selyúcidas habían conquistado
Bagdad. En 1071 los turcos derrotan a los bizantinos en la batalla de Manzikert
y en los años sucesivos se hacen con el control efectivo de Jerusalén y
Palestina. Los cristianos sufren inseguridad y abusos tributarios. Los
peregrinos al llegar a Jerusalén lo hacían empobrecidos, hambrientos,
sedientos, con las ropas raídas, fuesen nobles o hombres libres y debían
conseguir la moneda de oro que las
autoridades musulmanas le exigían para
franquear la entrada a en Jerusalén. Una vez dentro de la ciudad la
mayoría de los peregrinos quedaban a merced de los bandidos, pues los dos
monasterios amalfitanos eran insuficientes para albergar a todos. La población
cristiana ni el Patriarca de Jerusalén tenían capacidad para amparar a los
peregrinos enfermos o heridos, pues sufrían la opresión vejatoria de las
autoridades islámicas. Ante esta situación, los monjes y monjas amalfitanos
decidieron despojarse de parte de sus rentas para construir una tercera iglesia
con un hospital para atender a los peregrinos, que dedicaron al patriarca del
siglo VII Juan de Alejandría, conocido por el apelativo de El Limosnero. Las
tres fundaciones no tenían rentas suficientes y dependían de las limosnas
anuales que les daban los comerciantes de Amalfi. En estas circunstancias se
produjo la reconquista de Jerusalén por los cristianos en 1099.
La primera bula papal
corresponde a su Santidad Pascual II que
la otorgó en 1113. El Papa se dirige a Gerardo empleando tres títulos:
institutor, provisor y prepósito de la comunidad de freiles del Hospital,
levantada junto a la iglesia de San Juan Bautista. La advocación se ha
modificado, del inicial Patriarca Juan de Alejandría, conocido por el
limosnero, al profeta San Juan Bautista, la importancia de la institución exige
un patrono de más renombre. La bula concede a los Hospitalarios cinco
privilegios:
-
Protección y tutela Pontificia (exención
de obediencia al obispo).
-
Confirmación de los bienes recibidos.
-
Exención de diezmos sobre todas las
propiedades directamente trabajadas por los hospitalarios.
-
Libertad de elección de los dirigentes
de la comunidad.
-
Confirmación de la dependencia respecto
del Prepósito de las casas creadas por la institución en Occidente: Saint
Gilles (próxima a Marsella), Asti, Pisa, Bari, Otranto, Tarento y Mesina.
En los catorce años que
transcurrieron desde la reconquista de Jerusalén, la desconocida orden del
Hospital de San Juan, ha pasado de ser simplemente tres casas dedicadas a la
atención de los peregrinos sin reconocimiento canónico, sin regla y con unas
rentas procedentes de las limosnas de los comerciantes de Amalfi a ser
confirmada por una bula papal que le reconoce los privilegios propios de una
importante orden religiosa. Raimundo de Puy, el primero que usa el título de
maestre, promulgará la regla de la orden antes de 1153, fecha en la que será
confirmada su Santidad Eugenio III. La regla se inspira en la agustiniana,
fuente de inspiración de los canónigos regulares.
En la regla encontramos
tres puntos centrales:
-
El gobierno corresponde al capítulo,
formado por freiles clérigos y laicos, presididos por el Maestre. Los distritos
provinciales o obediencias, están sujetos al gobierno central de la Orden y a
pagarle la tercera parte de sus rentas.
-
El sistema disciplinario es simple y
riguroso, basado en los tres votos monásticos de pobreza, obediencia y
castidad. La vida conventual regula los rezos del salterio para los clérigos y
para los laicos 150 padrenuestros diarios. Las penitencias incluyen castigos
corporales, ayunos, comer en el suelo, etc.
-
El cuidado de los enfermos en sus
centros hospitalarios constituye la esencia de su carisma. Los cuidados no se
reducen al curar las dolencias, la atención espiritual a cada peregrino es
importante. Los pelegrinos debían comer antes que los freiles, el desvío de
dinero dedicado a los pelegrinos para otros fines supone la expulsión del
responsable. Para recoger dinero se organizan colectas y predicaciones a cargo
de los freiles por toda la cristiandad.
La militarización de la
Orden será un proceso que no se inicia hasta la segunda mitad del siglo XII.
¿Cuándo se produce la
transformación de la Orden Hospitalaria de San Juan en una Orden Militar? Ni en
la bula de constitución canónica de la Orden de 1113 ni en la aprobación
pontificia de la regla de 1153 se menciona la condición militar de los monjes
de San Juan. No obstante antes de ésta última fecha la Orden de San Juan recibe
fortalezas para su custodia y participa en acciones militares. Así en 1136 el
rey Fulcro de Jerusalén entre a la Orden de San Juan el castillo de
Breit-Jibrin, en la frontera sur del reino y en 1144 el conde Raimundo II de
Trípoli les cede una serie de fortalezas, entre la que destaca el imponente
castillo Crac. En 1148 los caballeros del Hospital participan en la reconquista
de la ciudad española de Tortosa y en 1153 en el cerco de Ascalón. La defensa
del reino de Jerusalén y de la frontera en España exigía a la Orden una
contribución en dinero y soldados. La desastrosa jornada de Hattin que llevó a
la perdida de Jerusalén en 1187, aceleró el proceso de militarización. El papa Alejandro
III hacia 1180 recordó al maestre Roger de Les Moulins que el fin principal de la
Orden era la asistencia de los pelegrinos y el ejercicio de las armas era secundario.
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