jueves, 28 de julio de 2011

Las raíces mitológicas de la Caballería Occidental

En la Chanson de Saines, tardío cantar de gesta que narra las guerras entre Carlomagno y los sajones, se declara que hay tres materias que todos los hombres deberían conocer: la materia de Francia, la materia de Bretaña y la materia de Roma la Grande. En estas tres materias encontramos importantes fuentes literarias de inspiración de la caballería medieval cristiana, aportando una ilustre y atractiva genealogía.


Los manuscritos más antiguos que han llegado a nuestros tiempos que narran la epopeya carolingia datan del periodo 1100-1130 más o menos. A mediados del siglo XII estos temas fueron desplazados por la materia de Roma. A finales del siglo XII, cuando escribió Chretien de Troyes, se puso de moda la materia de Artús de Bretaña. El éxito de estas materias literarias fue muy duradero y continuó hasta el final de la edad media.

Una característica de estos relatos es el traslado de la vida caballeresca de los siglos XII y XII a la época clásica y artúrica (situada en torno al siglo V-VI). En los primeros cantares de la gesta carolingia destacan dos temas: por una parte, la guerra entre los francos y los paganos (sajones, sarracenos, etc.) y por la otra, las rebeliones y venganzas entre la nobleza carolingia. El mundo que nos muestran los cantares de gesta es duro y viril, focalizado hacia el campo de batalla, en segundo plano queda la vida cortesana. Sus héroes son caballeros diestros en el nuevo arte de lucha a caballo con la lanza en posición horizontal; sus espadas, caballos, armaduras, etc., son personificadas (idolatradas) como sucedió con la espada Durandal de Roldán o el caballo Broiefort de Ogier. Estos héroes fuera del campo de batalla son hombres interesados por la ley, la cual conocen y por las relaciones de vasallaje. Los deberes que imponen el honor y la ley coincidían para ellos. En todos los cantares de gesta resuena la alegría por la cruel batalla; el culto a la guerra y al honor están íntimamente unidos.

El valor en la guerra, la liberalidad, el orgullo de un leal servicio, son las piezas armeras que blasonan al héroe, no sólo en la épica carolingia, sino también en la épica germánica más antigua como en el Beowulf o en el Hildebrandslied. Esta circunstancia no quita originalidad a los cantares de gesta, simplemente nos muestra la  antigua genealogía de profesión noble en los pueblos indoeuropeos.

La posesión de un caballo para la guerra y su diestro manejo en el campo del honor son las señas de identidad social de los caballeros. El ejercicio de las armas genera una ética universalmente admitida, cimentada en una vida espiritual y ascética. Los cantares de gesta presentan situaciones complejas y como los héroes las resolvieron (reclamaciones de parientes, el derecho del injustamente desposeído, del injustamente acusado, lances de guerra, etc.).

A principios del siglo XII la popularidad de la épica empezó a extenderse más allá del suelo franco, donde había nacido, adoptando los caballeros de diversas nacionalidades el panteón franco de héroes: Carlomagno (el leal gobernante, campeón de la Cristiandad), Roldán, el valiente, Oliveros, el prudente, Ogier, el heróico. Apareciendo señales de un culto a los héroes de los cantares de gesta. Se enumeran los lugares de enterramiento de los héroes de Roncesvalles, las iglesias se disputan las reliquias de los héroes, se labran las historias, como en la catedral de Verona (Roldán), el milagro de las lanzas en la campaña de Carlomagno en España (catedral de Chartes), etc.

La materia de Roma la Grande resultaba más lejana a los caballeros pero con el surgimiento de las cruzadas aumentó el interés por Oriente y por las campañas de Alejandro y Julio Cesar. Los merovingios extendieron la leyenda del origen troyano de los francos, ayudó a establecer puentes.

En el Roman de Alejandro encontramos una importante analogía con las cruzadas: se combate en Siria, los enemigos de Alejandro son los turcos y los malvados beduinos. El señor de Babilonia, es un emir que jura por Mahoma. Los héroes son presentados como francos. Alejandro es acompañado por sus doce pares armados con cotas de malla, escudos blasonados, recibe un baño purificador antes de recibir la caballería y sus cualidades caballerescas son: generosidad, bravura en la batalla y protección de las viudas y los huérfanos. Alejandro recibe con atención los consejos de su tutor, Aristóteles, fundamentándose una ética caballeresca anterior al cristianismo e independiente de la Iglesia.